La cumbre mundial sobre la seguridad alimentaria acaba de arrancar en una Roma blindada y controlada por el insistente vuelo de helicópteros. En la sede de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), cerca del Coliseo, están reunidos desde las nueve de esta mañana los 60 jefes de Estado y representantes de los países no alineados con el objetivo declarado de dar un nuevo impulso a la lucha contra el hambre y la desnutrición que afecta a más de un millón de personas, es decir, un sexto de la población mundial. "Hoy van a morir 17.000 niños en el mundo", ha abierto su discurso Ban Ki Moon, secretario general de Naciones Unidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario