Creo que si preguntamos a personas durante su etapa de vida adulta joven o media si le
agradaría lo cuidaran como a un niño, la mayoría de estas personas diría categóricamente que
no. Todos quisieran tener una vejez sana sin demandar acciones de su cuidado a los demás.
Por ello, no creo sea una situación grata para los adultos mayores con autovalencia, de forma
abrupta, deban aceptar se les realicen acciones para las que previamente eran autosuficientes
especialmente, cuando quien les brinda los cuidados es un hijo o una hija. Si bien es cierto, es
para ellos mayor la confianza que sea un hijo (a) quién ejecute las actividades de cuidado en
vez de una persona extraña. Pero centrándome en el tema que quiero estudiar, me interesa
comprender el fenómeno de la experiencia de ¿Cómo se siente esa persona al cuidar muchas
veces a su padre o madre, en estado de postración, realizando por ellos tareas de la vida diaria
que, muchas veces, en el caso de padres e hijos fueron cuidados por ellos?. El tema de esta
investigación no es cómo lo vive el paciente que se encuentra en ese estado, sino la
experiencia de vida del cuidador de este paciente.
Como interna de enfermería, en un Servicio clínico con un alto número de pacientes en
estado de postración, no necesariamente en etapa terminal, vi que se proporcionaba cuidados a
estos pacientes y se preocupaban de entregarles algunas herramientas para su cuidado.
Fue aquí donde surgió en mí la interrogante por conocer ¿alguien se preocupa del
cuidador?, ese cuidador que muchas veces no tiene otra opción más que aceptar y decir “yo lo
cuido”, renunciando a sus aspiraciones, a su vida personal, a sus sueños; debe reestructurar su
vida y compartir siempre o casi siempre con ese familiar que ya no puede valerse por sí
mismo.
Personalmente, he experimentado desde muy cerca la vivencia de un paciente en
estado de postración y su cuidador, por lo que es para mí una motivación más para indagar
sobre este tema, aparte de aquellas que he vivido en mis experiencias hospitalarias durante los
años de formación universitaria. ¿Cuán preparados se sienten los cuidadores? ¿Cuánto influye
esta nueva situación en su calidad de vida? Creo, que como profesionales de salud, es una
obligación indagar en la experiencia de vida de estas personas para responsablemente, elaborar
y aportar herramientas útiles que les permitan sentir que la tarea es algo más llevadera y no se
la viva como esclavitud la que muchas veces, se traduce en una serie de sentimientos,
actitudes de negación a su entorno, irritabilidad con sus familiares porque se les asignó esta
labor sin preguntarles. Responsabilidad que a su vez, asumen en absoluta soledad y que
también, es causa de rechazo para ellos.
La tasa de población de adultos mayores va en aumento
y junto con esto, aumentan en este grupo etáreo las demandas sanitarias, hospitalización o
cuidados en el domicilio. Los adultos mayores aumentan el riesgo de enfermar y perder su
autonomía y funcionalidad lo que contribuye a convertirlos en pacientes en estado de
postración o dependencia.
En relación al perfil del cuidador de estos pacientes se identifica que más del 80%
reciben atención de sus propios familiares y principalmente por una hija que tiene una edad
media de 52 años. Solo uno de cada diez hijos hombres se responsabiliza de un familiar, cosa
que no sucede en países como Estados Unidos, donde uno de cada cuatro hijos asume esta
poco reconocida tarea.
Además, se menciona como “señas comunes de estrés” las siguientes: sentirse triste o
temperamental, llorar con más frecuencia de lo que solía hacerlo, tener un nivel de energía
bajo, sentir que no tiene nada de tiempo para sí mismo o sí misma, tener dificultad para
dormir, o no querer levantarse de la cama en la mañana, tener dificultad para comer o comer
demasiado, ver a los amigos y parientes con menos frecuencia de lo que solía hacerlo, perder
interés por sus aficiones o por las cosas que solía hacer con sus amigos o su familia.
Tesis presentada como parte de los
requisitos para optar al grado de
Licenciado en Enfermería.
JESSICA BEATRIZ SEPULVEDA MARTINEZ
Si a todo lo que supone ejercer de cuidador añadimos el grave problema de situación de desamparo por parte de la admistración en el que quedamos los cuidadores cuando fallece el familiar, reincorporación al mercado de trabajo, algo bastante dificil pues por logica la edad de los cuidadores de familiares de edad avanzada ronda los 50 / 60 años, reincorporarte a la vida social, etc. el problema es realmente angustioso, a mi personalmente me toca vivirlo ahora.
5 comentarios:
Un blog estupendo! volveré, :) ahora es un poquito tarde, para leer como se merecen tus entradas, con calma, pero me parece estupenda tu labor :) ...buenas noches! y feliz día!!!
La situación de desamparo es brutal! Y parece que a nadie le importa un carajo! Ay que joderse, que país...
Hola Javier, no sabes cuanto nos alegra que visites nuestro blog, nos preguntas cuando tendremos a nuestra hija...esa es la pregunta del millón.
Te cuento, han asignado hasta el 3 de marzo de 2006, nuestra fecha es 5 de febrero de 2007,como ves nos queda 11 meses por delante, 11 meses, si asignarán por meses pero como actualmente van dando tres o cuatro dias pues, un mes se nos pone en cuatro o cinco para poder terminar de asignarlo. Eso quiere decir que 11 meses pueden ser años...o nó...porque como nunca se sabe los dias que pueden dar cada mes porque no tenemos ninguna información, siempre nos queda la esperanza de que esto cambiará y aceleraran, en resumen que no tenemos ni idea del tiempo que nos queda.
Jajaja espero haberme explicado, lo mejor es ni pensarlo sólo vamos descontando dias que será lo mejor para no volverse loco, no creés?.
Un abrazo amigo y sigue con tu blog, pues tienes tanta razón en todo lo que dices!!!
Javier ya sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites.
Besitossssssssss
Una reflexión interesante. Qué pena que no la haga más gente, en los tiempos que vivimos....
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