Continuando el camino
Una vez habité en un lugar cálido y confortable. Nada enturbiaba mi mente, todo estaba acorde a mi sentir y a mi ser. Allí todo estaba limpio, imperaba la armonía. No me sentía querido, ni deseado, ni tampoco lo contrario, simplemente no sentía nada que pudiese empañar aquel instinto de plenitud que me envolvía y que me aseguraba que yo lo era Todo. Nada me preocupaba, y era feliz.
Una vez habité en un lugar cálido y confortable. Nada enturbiaba mi mente, todo estaba acorde a mi sentir y a mi ser. Allí todo estaba limpio, imperaba la armonía. No me sentía querido, ni deseado, ni tampoco lo contrario, simplemente no sentía nada que pudiese empañar aquel instinto de plenitud que me envolvía y que me aseguraba que yo lo era Todo. Nada me preocupaba, y era feliz.
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1 comentario:
Me alegro que Nerea haya publicado tu articulo en su blog, eso me ha permitido conocerte y a la vez tu me has mostrado que hay mas gente sensible y con un corazon enerme, gracias por esta preciosa entrada.
Besitossssssss
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